Andrés Touré - Yaya Iniesta

El F.C. Barcelona acaba de derrotar al Mallorca por 3 goles a 1. Con esta victoria, los pupilos de Pep Guardiola se sitúan a 13 puntos del segundo clasificado, el Sevilla, eso sí, con un partido menos. El encuentro comenzó con una posesión insultante para el Barça, aunque marcaron primeros los baleares. Aduriz (ex del Burgos) se aprovechaba del único error de Toure Yaya en todo el partido, batía a Víctor Sánchez en velocidad, encaraba a Víctor Valdés y picaba levemente la pelota por encima del cancerbero de L´Hospitalet. Un golazo.

El tanto despertó al barça, demasiado empeñado en construir por el centro. Alexander Hleb driblaba una y otra vez por la banda derecha, pero sus desbordes no acababan en la red bermellona.
Entonces apareció Henry. El galo controló un balón que había tocado previamente Carles Puyol y sin pensárselo cruzó el disparo. Gol del empate.

Tras el descanso el partido se tornó más lento, falto de ritmo. El Mallorca trataba de manejar más la pelota y Guardiola movió el banquillo. Entró Dani Alves por el canterano Víctor Sánchez y el equipo lo agradeció. El brasileño es hoy por hoy el mejor lateral derecho del mundo y lo demuestra en cada jornada. No obstante el público pedía a Iniesta, quería a Iniesta, necesitaba a Iniesta. Entonces el barça dio ese paso al frente, esa marcha más, esa velocidad en la circulación del balón que es letal para los contrarios. El albaceteño marcó el 2-1 gracias a una asistencia de Gudjhonsen. El gol fue lo de menos, porque el fútbol recupera a un futbolista distinto, de los que surge uno cada década. Un excelente mago del balón, con uno de los repertorios más amplios del fútbol mundial: regates, desborde, 1-2, toques sutiles, controles imposibles, destellos de una calidad que cualquier amante del deporte rey sabe apreciar. Andrés está llamado a disputar a Messi el cetro del fútbol mundial, tiempo al tiempo. Coño, si los dos juegan en el barça.

Mientras el dulce Iniesta hacía arte con las botas, emergió la figura de Yaya Youré. Qué pedazo de futbolista. Lo hace todo bien, recupera balones, controla el ritmo, se asocia con los que saben, toca la bola con ambos pies, y encima mete goles. Y qué goles, coge el balón en la frontal, se va de tres y mete un zurriagazo para sentenciar el partido, quién sabe si algo más.